En términos de aplicación, el avellanado y el punteado mecánico son operaciones mecánicamente similares pero con propósitos muy diferentes.

¿Cuáles son las diferencias que los distinguen?

El avellanado es un proceso mecánico que consiste en la eliminación de rebabas y la creación de asientos para los tornillos avellanados para que no sobresalgan de las superficies de las piezas mecanizadas una vez insertadas. El avellanador puede tener ángulos de apertura variables (principalmente de 60º y 90°) para alojar las cabezas planas de diferentes tipos. En concreto, las medidas de los avellanadores de tres filos (norma DIN 335) son las más utilizadas e indicadas para el montaje de tornillería.

El punteado mecánico es una operación que permite realizar un agujero cilíndrico de fondo plano que ensancha otro agujero coaxial. Esta elaboración mecánica se realiza con las herramientas de avellanado adecuadas, cuando la cabeza de un elemento de fijación no debe sobresalir de la superficie de la pieza.

Nuestras soluciones

En cuanto a las operaciones mecánicas antes mencionadas, las soluciones propuestas por Angelo Ghezzi & C. Spa, en la gama ILIX, incluyen avellanadores de tres cortes, con mango cilíndrico o cónico, en HSS-Co o en metal duro integral, con o sin recubrimiento, a 90 o 60 grados.

Para operaciones más exigentes, siempre dentro de la gama ILIX, se han introducido avellanadores con hélice varibale para limitar o eliminar las vibraciones naturales generadas durante el proceso.

En el caso de producciones masivas, puede contar con herramientas de fijación mecánica, introducidas en el programa Talicarb, adecuadas para la ejecución de asientos de tornillos y los diferentes avellanados.